Hoy la entrada va sobre el trabajo de mantenimiento en invierno de un haya blanca japonesa.
Estas plantas no tiran todas las hojas en otoño, la mayoría quedan en el árbol hasta que las yemas empiezan a hinchar en primavera. Es una forma que tiene la planta de proteger las nuevas yemas de las heladas.
Como para el trabajo que hay que hacer las hojas secas molestan, las vamos quitando una a una hasta dejar a la planta completamente desnuda.
.
Las hayas todos los años emiten nuevas yemas en el nacimiento de las ramas y a veces, muy pocas, también en partes del tronco donde nunca las a habido. Todas estas yemas también tienen que ir fuera, a no ser que nos interese dejar alguna para sustituir alguna rama, o crear una nueva rama en el tronco que por su situación nos interese.
La misma zona del árbol pero ya sin estas nuevas yemas. Esta operación de retirar las yemas seguramente sea mejor hacerlo antes, pero como no dispongo de demasiado tiempo, aprovecho para hacerlo en invierno, a la vez que la poda.
También hay que decir que las hayas tienen un crecimiento con mucha tendencia apical, por lo que las últimas yemas siempre tienen más vigor.
Yo dependiendo del vigor general del árbol, unos años pinzo en verde (cuando se empiezan a distinguir las dos o tres primeras hojas) y otros como en el caso del año pasado en el que me interesaba que la planta cogiese fuerza, la dejo tirar libre hasta que ella sola detiene el crecimiento. En julio o agosto recorto todo el nuevo crecimiento dejando siempre una yema de más, por lo que he comentado antes del tipo de crecimiento que tienen (en la foto se puede ver claramente la diferencia de fuerza de la ultima yema). Todas estas yemas de más que dejé en el verano, son las que ahora acorto. Con esta forma de proceder lo que se persigue es ir igualando la fuerza de todas las yemas de cada rama y en ocasiones también se consigue reactivar yemas traseras que estaban dormidas.
Aquí la planta ya está lista y esperando para empezar a brotar en cuanto el tiempo acompañe.