Los esmaltados que se producen por el efecto de las llamas y las cenizas en este tipo de hornos son increíbles.
Esta pieza me encanta. Medidas (19 x 6 cm).
Este detalle que tiene la maceta es expectacular. Me atrae enormemente la grieta esta.
La pieza junto con otra pequeña pieza de acompañamiento, regalo de Jordi.
Este primer plano es del esmalte de la otra pieza que le compre.
Estos dibujos de la pieza que se ven en este otro primer plano, son los que comentaba antes que se producen por efecto de las llamas y la ceniza.
Vista general de la pieza al completo (16 x 6 cm), con otra mini también regalo de Jordi.
El idioma japonés tiene la palabra wabi, para describir la belleza esencial que hay en el mundo de la relatividad. En otros idiomas, incluido el Español, el término no tiene traducción equivalente. Sin embargo, podemos decir que su significado se encuentra en un espacio que describe la ausencia de vanidad y falsedad; respira una presencia de tranquilidad, goce, disfrute, y –al mismo tiempo– una ausencia de todo artificio y sofisticación, para simbolizar la belleza de lo incompleto, de lo aparentemente imperfecto. Podríamos decir que Wabi es un concepto abstracto que nos muestra su representación en lo Relativo. En palabras de Kichizaemon Raku XV: «En el arte del mundo de la cerámica, el espíritu del Wabi se envuelve en una estética que enfatiza la necesidad de no incorporar solamente la belleza de la Perfección».
Sobre todo, el mundo del arte que se encuentra próximo a la estética Zen, es quien valora altamente las cerámicas cocidas con leña –en los hornos Anagamas y Noborigamas– porque, entre otras cosas, esas piezas poseen cualidades que incorporan el concepto Wabi antes mencionado.
Podemos ver resumida la belleza que mora en la estética que incorpora el concepto Wabi, en el siguiente poema del poeta Fujiwara Teika (1162-1241):
Mirando en la lejanía
No veo las flores de primavera,
Ni tampoco las hojas carmesíes
Pero, sin embargo, en el horizonte puedo ver una
casa con techo de paja
Recién cortada en vísperas del otoño
El Anagama (horno de una cámara): es un tipo de horno cerámico, de leña y de alta temperatura; en Japón es uno de los más antiguos estilos de horno, construido en pendiente, tipo túnel. Dispone de un único espacio o cámara que funciona, simultáneamente, como hogar para la leña y como cámara donde se colocan las piezas. De tal modo, las piezas cocidas (1200-1350°C) en este tipo de hornos, presentan unas características especiales: acumulación de cenizas, escorias, grietas o deformaciones naturales (piroplasticidad), todo ello causado por el largo periodo de cocción y las diferencias de temperatura, etc. Hay que decir que la cocción en un horno Anagama no es demasiado predecible; y el resultado de la cocción se implica con los acontecimientos que le proporcionan la naturaleza y virulencia de las llamas (desarrolladas en estrecho contacto con la cerámica)
Podéis ver el horno de Jordi Rovira en mi lista de blogs interesantes de la derecha.
Curiosas macetas. Viéndolas así solas ya son preciosas... Unas muy buenas piezas para exponer.
ResponderEliminarUn saludo. César.
Una chulada esas macetas, un acabado curioso y distinto a lo que se ve normalmente.
ResponderEliminarun saludo
Me alegra que os gusten, y os animo a que algún día probéis las macetas de este ceramista, tienen mucha calidad. Además creo que hay que apostar por los ceramistas autóctonos.
ResponderEliminarSaludos
Hola y muchas gracias por todo…
ResponderEliminarAyer te puse un comentario, o eso creía… ji,ji
Sólo para añadir, a tu gran explicación, que en estas dos macetas los efectos que comentas también se deben a la mezcla de pastas de distinto color, (como puedes ver en la foto que te mandé).
Saludos
Hola Jordi. Gracias a ti por el apunte.
ResponderEliminarUn saludo